La encarnación del amor por Dios

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Hace sólo quinientos años, el Señor Caitanya Mahāprabhu, un gran santo y místico, profetizó que el mantra Hare Kṛṣṇa se escucharía en todos los pueblos y aldeas del mundo. En una época en la que el hombre occidental estaba dirigiendo su espíritu explorador hacia el estudio del universo físico y la circunnavegación del globo, en la India, Śrī Caitanya estaba inaugurando y dirigiendo una revolución encauzada hacia el yo interno del individuo. Su movimiento inundó el subcontinente, conquistó millones de seguidores, e influenció profundamente el futuro del pensamiento filosófico y religioso tanto de la India como de Occidente. En la siguiente charla, presentada en noviembre de 1969 en el Conway Hall de Londres, Śrīla Prabhupāda describe el divino advenimiento de Śrī Caitanya.

Śrī Caitanya Mahāprabhu, el avatāra dorado, advino en la India hace casi quinientos años. En la India, es costumbre que cuando un niño nace se llama a un astrólogo. Cuando el Señor Kṛṣṇa, la Suprema Personalidad de Dios, advino hace cinco mil años, Su padre llamó a Gargamuni, quien dijo: «Este niño Se encarnó anteriormente con tres diferentes colores de tez, tales como rojo y dorado, y ahora ha venido con un color negruzco». En las Escrituras se dice que el color de Kṛṣṇa es negruzco, como el color de una nube. Se considera que el Señor Caitanya es Kṛṣṇa que viene con tez dorada.

Hay muchas pruebas en las Escrituras védicas de que Caitanya Mahāprabhu es una encarnación de Kṛṣṇa, y esto está confirmado por estudiosos y devotos. En el Śrīmad-Bhāgavatam se confirma que la encarnación de Kṛṣṇa, o Dios, para la era actual, Kali-yuga, estará siempre dedicada a glorificar a Kṛṣṇa. Él es Kṛṣṇa, pero, en el papel de devoto de Kṛṣṇa, Se glorifica a Sí mismo. Y en esta era, el color de Su cuerpo no será negruzco. Eso significa que podría ser blanco, rojo o amarillo, debido a que estos cuatro colores – blanco, rojo, amarillo y negro – son los colores que adoptan las encarnaciones para las diferentes eras. Por lo tanto, como los colores rojo, blanco y negruzco ya habían sido adoptados por encarnaciones anteriores, Caitanya Mahāprabhu adopta el color restante, el dorado. Su tez no es negruzca, pero Él es Kṛṣṇa.

Otro rasgo de este avatāra es que Él siempre está junto a Sus compañeros íntimos. En el retrato de Caitanya Mahāprabhu, observarán que siempre está seguido por muchos devotos que cantan. Cuando Dios Se encarna, tiene dos misiones, como se declara en la Bhagavad-gītā. Ahí Kṛṣṇa dice: «Cuando quiera que desciendo, Mi misión es liberar a los piadosos devotos y aniquilar a los demonios». Cuando Kṛṣṇa vino, tuvo que matar a muchos demonios. Si vemos un retrato de Viṣṇu, habremos de notar que tiene una caracola, una flor de loto, una maza y un disco. Estos dos últimos artículos tienen por objeto ser usados en la matanza de demonios. En este mundo hay dos clases de hombres: los demonios y los devotos. A los devotos se les llama semidioses; ellos son prácticamente como Dios, debido a que tienen cualidades divinas. Aquellos que son devotos se denominan personas divinas, y aquellos que no son devotos, que son ateos, se denominan demonios.

Así que Kṛṣṇa, o Dios, viene con dos misiones: dar protección a los devotos, y destruir a los demonios. En esta era, la misión de Caitanya Mahāprabhu es también ésa: liberar a los devotos y aniquilar a los no devotos, a los demonios. Pero en esta era, Él tiene un arma diferente. Esa arma no es una maza ni un disco ni un arma letal: Su arma es el movimiento de saṅkīrtana. Al implantar el movimiento de saṅkīrtana, Él mató la mentalidad demoníaca de la gente. Ésa es la importancia específica del Señor Caitanya. En esta era, la gente ya se está matando entre sí. Han descubierto armas atómicas para matarse unos a otros, así que no hay necesidad de que Dios los mate. Pero Él vino para matar su mentalidad demoníaca. Ello es posible mediante este movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa.

Por lo tanto, en el Śrīmad-Bhāgavatam se dice que ésa es la encarnación de Dios de esta era. Y ¿quién Lo adora? El proceso es muy sencillo. Ten en tu casa un retrato del Señor Caitanya con Sus compañeros íntimos. El Señor Caitanya Se encuentra en el centro, rodeado por Sus principales compañeros: Nityānanda, Advaita, Gadādhara y Śrīvāsa. Lo único que debemos hacer es tener ese retrato. Podemos tenerlo en cualquier parte. No es necesario acudir a nosotros para ver ese retrato. Cualquiera puede tenerlo en su hogar, cantar este mantra Hare Kṛṣṇa, y así adorar al Señor Caitanya. Ése es el sencillo método. Pero, ¿quién va a captar ese sencillo método? Aquellos que tienen una buena inteligencia. Sin mucha molestia, si simplemente mantienen en casa un retrato de Śrī Caitanya Mahāprabhu y cantan Hare Kṛṣṇa, entonces llegarán a comprender a Dios. Cualquiera puede adoptar este sencillo método. En él no hay gasto alguno, no hay ningún impuesto, ni tampoco hay necesidad de construir un gran templo o una gran iglesia. Cualquiera, en cualquier parte, puede sentarse en la carretera o debajo de un árbol y cantar el mantra Hare Kṛṣṇa y adorar a Dios. Por lo tanto, es una gran oportunidad. Por ejemplo, en la vida mercantil o política, a veces encontramos una gran oportunidad. Aquellos que son políticos inteligentes aprovechan esa buena oportunidad y la vuelven un éxito en cuanto se presenta. En forma similar, en esta era, aquellos que tienen suficiente inteligencia se entregan a este movimiento de saṅkīrtana yavanzan muy rápidamente.

Al Señor Caitanya se Le llama «el avatāra dorado». Avatāra significa «que desciende, que baja». Así como se puede bajar desde el quinto piso o desde el centésimo piso de un edificio, un avatāra baja desde los planetas espirituales del cielo espiritual. El cielo que vemos a simple vista o con un telescopio es sólo el cielo material. Pero más allá de ese cielo hay otro, que no es posible ver con nuestros ojos ni con instrumentos. Esa información se encuentra en la Bhagavad-gītā; no es producto de la imaginación. Kṛṣṇa dice que más allá del cielo material hay otro cielo, el cielo espiritual.

Tenemos que tomar las palabras de Kṛṣṇa tal y como son. Por ejemplo, a los niños les enseñamos que más allá de Inglaterra hay unos lugares llamados Alemania y la India, y el niño tiene que aprender acerca de esos lugares oyendo la versión del maestro, pues ellos se encuentran más allá de su esfera. En forma similar, más allá de este cielo material hay otro cielo. Para encontrarlo, no podemos hacer más experimentos que los que un niño puede hacer para encontrar Alemania o la India. No es posible. Si queremos adquirir conocimiento, tenemos que aceptar la autoridad de alguien. De igual manera, si queremos saber qué hay más allá del mundo material, tenemos entonces que aceptar la autoridad védica; de lo contrario, no hay posibilidad alguna de que lleguemos a saberlo, pues se encuentra más allá del conocimiento material. No podemos ir a los planetas lejanos de este universo, y, ¿qué diremos de ir más allá de este universo? Los cálculos indican que para ir con la maquinaria moderna al planeta más lejano de este universo, se tendría que viajar durante cuarenta mil años a la velocidad de la luz. Así que ni siquiera podemos viajar dentro de este cielo material. Nuestra vida y nuestros medios son tan limitados que no podemos tener conocimiento adecuado ni siquiera de este mundo material.

En la Bhagavad-gītā, cuando Arjuna preguntó a Kṛṣṇa: «¿Tendrías la bondad de explicarme en qué medida están actuando Tus energías?», el Señor Supremo le dio muchísimos ejemplos, y al final le dijo: «Mi querido Arjuna, ¿qué voy a explicarte acerca de Mis energías? No es posible en absoluto que tú lo entiendas. Pero puedes al menos imaginarte la expansión de Mis energías: este mundo material, que consiste en millones de universos, es un despliegue de sólo una cuarta parte de Mi creación». No podemos calcular la posición ni siquiera de un universo, y hay millones de universos. Además, más allá de ellos se encuentra el cielo espiritual, y existen millones de planetas espirituales. Toda esta información se encuentra a nuestra disposición en las Escrituras védicas. Quien acepta las Escrituras védicas puede obtener ese conocimiento. Quien no las acepta, no tiene otra manera de obtenerlo. Eso queda a nuestra elección. Por eso, de acuerdo con la civilización védica, cuando quiera que un ācārya habla, de inmediato hace referencia a las Escrituras védicas. Así, las demás personas le aceptarán: «Sí, es correcto». En una corte judicial, el abogado hace referencia a los pasados juicios de la corte, y, si su caso no presenta fallas, el juez acepta. De manera similar, si alguien puede presentar pruebas tomadas de los Vedas, se entiende entonces que su posición es verdadera.

El avatāra de esta era, el Señor Caitanya, se describe en las Escrituras védicas. No podemos aceptar a nadie como avatāra a menos que posea las señales que se explican en las Escrituras. Nosotros no aceptamos caprichosamente al Señor Caitanya como un avatāra en base a votos. Hoy en día se ha vuelto una moda el que cualquier hombre pueda presentarse y decir que es Dios o una encarnación de Dios, y algunos necios y sinvergüenzas lo acepten: «¡Oh!, él es Dios». Nosotros no aceptamos a un avatāra de esa manera. Buscamos pruebas en los Vedas. Las características de un avatāra deben responder a las descripciones de los Vedas. En ese caso, sí lo aceptamos; de lo contrario, no. Para cada avatāra hay una descripción en los Vedas: Él aparecerá en tal y cual lugar, con tal y cual forma, y actuará de tal y cual manera. Ésa es la naturaleza del testimonio védico.

En el Śrīmad-Bhāgavatam hay una lista de los avatāras, y se menciona el nombre del Señor Buda. El Śrīmad-Bhāgavatamse escribió hace cinco mil años, y menciona diferentes nombres para los tiempos futuros. Dice que en el futuro el Señor descendería como el Señor Buda, que el nombre de su madre habría de ser Añjana, y que aparecería en Gayā. Y Buda advino hace dos mil seiscientos años, y el Śrīmad-Bhāgavatam, que había sido escrito hace cinco mil años, indicaba que en el futuro él descendería. En forma similar, se hace mención al Señor Caitanya, y, de igual manera, en el Bhāgavatam también se menciona al último avatāra de este Kali-yuga. Se indica que la última encarnación de esta era es Kalki. Él descenderá como hijo de un brāhmaṇa de nombre Viṣṇu-yaśā, en un lugar llamado Śambhala. Hay un lugar en la India que tiene ese nombre, así que quizás es allí donde el Señor aparecerá.

Así pues, las características de un avatāra deben responder a las descripciones de los Upaniṣads, el Śrīmad-Bhāgavatam, el Mahābhārata y demás Escrituras védicas. Y basados en la autoridad de las Escrituras védicas y el comentario de grandes y firmes gosvāmīs, como Jīva Gosvāmī, que era el más destacado erudito y filósofo del mundo, podemos aceptar al Señor Caitanya como una encarnación de Kṛṣṇa.

¿Por qué advino el Señor Caitanya? En la Bhagavad-gītā, el Señor Kṛṣṇa dice: «Abandona todas las demás ocupaciones y sencillamente dedícate a Mi servicio. Yo habré de protegerte de todos los resultados de las acciones pecaminosas». En este mundo material, en la vida condicionada, estamos únicamente creando reacciones pecaminosas. Eso es todo. Y debido a las reacciones pecaminosas, hemos recibido este cuerpo. Si nuestras reacciones pecaminosas se detuvieran, no tendríamos que recibir otro cuerpo material; obtendríamos un cuerpo espiritual.

¿Qué es un cuerpo espiritual? Un cuerpo espiritual es aquel que se encuentra libre de la muerte, del nacimiento, de las enfermedades y de la vejez. Es un cuerpo eterno, pleno de conocimiento y bienaventuranza. Diferentes cuerpos son creados por diferentes deseos. Mientras tengamos deseos de gozar de diferentes clases de disfrute, hemos de aceptar diferentes clases de cuerpos materiales. Kṛṣṇa, Dios, es tan bondadoso, que nos concede todo lo que queremos. Si queremos el cuerpo de un tigre, con fuerza de tigre y dientes para capturar animales y chupar sangre fresca, Kṛṣṇa nos dará la oportunidad de tenerlo. Y si queremos el cuerpo de un santo, un devoto dedicado únicamente al servicio del Señor, entonces nos dará ese cuerpo. Eso se declara en la Bhagavad-gītā.

Si una persona que se dedica al yoga, el proceso de la autorrealización, de una u otra forma no logra completar el proceso, recibe otra oportunidad; se le permite nacer en una familia de un brāhmaṇa puro o de un hombre rico. Quien es lo suficientemente afortunado como para nacer en una de esas familias recibe todas las facilidades que se requieren para entender la importancia de la autorrealización. Desde el mismo comienzo de la vida, nuestros niños conscientes de Kṛṣṇa están recibiendo la oportunidad de aprender a cantar y bailar, así que al crecer no cambiarán, sino que en cambio progresarán automáticamente. Ellos son muy afortunados. Un niño avanzará si su padre y su madre son devotos, sin importar que haya nacido en América o en Europa. Él recibe esa oportunidad. Si un niño nace en una familia de devotos, eso significa que en su última vida ya había emprendido el proceso de yoga, pero de una u otra forma no pudo concluirlo. Por lo tanto, el niño recibe otra oportunidad de progresar bajo el cuidado de un buen padre y una buena madre, de manera que pueda avanzar de nuevo. De esa forma, tan pronto como una persona completa su desarrollo de la conciencia de Dios, no tiene entonces que nacer más en este mundo material, sino que regresa al mundo espiritual.

Kṛṣṇa dice en la Bhagavad-gītā: «Mi querido Arjuna, quien entiende Mi advenimiento, partida y actividades, simplemente por esa comprensión recibe la oportunidad de nacer en el mundo espiritual después de abandonar este cuerpo». Tenemos que abandonar este cuerpo, hoy, mañana, o quizás pasado mañana. Tenemos que hacerlo. Pero la persona que ha entendido a Kṛṣṇa no tendrá que recibir otro cuerpo material. Va directamente al mundo espiritual, y nace en uno de los planetas espirituales. Así que Kṛṣṇa dice que, tan pronto como se recibe este cuerpo, – no importa si el cuerpo es de la India, o de la Luna, o del Sol, o de Brahmaloka, o de cualquier parte de este mundo material – , ha de saberse que se debe a las actividades pecaminosas. Existen diversos grados de actividades pecaminosas, así que, de acuerdo con el grado de pecado, se recibe un cuerpo material. Por lo tanto, nuestro verdadero problema no es cómo comer, dormir, aparearnos y defendernos, nuestro verdadero problema es cómo recibir un cuerpo que no sea material, sino espiritual. Ésa es la solución final a todos los problemas. Así que Kṛṣṇa garantiza que si uno se entrega a Él, si se vuelve plenamente consciente de Kṛṣṇa, entonces Él lo protegerá de todas las reacciones de la vida pecaminosa.

Esa seguridad la dio Kṛṣṇa en la Bhagavad-gītā, pero hubo muchos necios que no pudieron entender a Kṛṣṇa. En la Bhagavad-gītā se les describe como mūdhas. Mūdha significa «sinvergüenza», y Kṛṣṇa dice en la Gītā: «Ellos no saben qué soy Yo en verdad». Así que mucha gente entendió erróneamente a Kṛṣṇa. Si bien Kṛṣṇa nos dio este mensaje de la Bhagavad-gītā para que pudiéramos entenderlo, mucha gente perdió la oportunidad. Por lo tanto, Kṛṣṇa, movido por Su compasión, vino de nuevo, como un devoto, y nos mostró cómo entregarnos a Kṛṣṇa. El propio Kṛṣṇa vino a enseñarnos a entregarnos. La última instrucción que Él da en la Bhagavad-gītā es que nos entreguemos, pero la gente – los mūdhas, lossinvergüenzas – dice: «¿Por qué he de entregarme?». Por lo tanto, si bien Caitanya Mahāprabhu es Kṛṣṇa mismo, esta vez Él nos enseña en la práctica a ejecutar la misión de la Bhagavad-gītā. Eso es todo. Caitanya Mahāprabhu no está enseñando nada extraordinario, nada que se encuentre más allá del proceso de entregarse a la Suprema Personalidad de Dios, lo cual ya se había enseñado en la Bhagavad-gītā. No hay ninguna otra enseñanza, pero la misma enseñanza se presenta de diferentes maneras, de forma que diferentes clases de personas puedan aceptarla y aprovechar la oportunidad de acercarse a Dios.

Caitanya Mahāprabhu nos da la oportunidad de alcanzar a Dios directamente. Cuando Rūpa Gosvāmī, el discípulo principal del Señor Caitanya, vio por vez primera a Caitanya Mahāprabhu, era un ministro del gobierno de Bengala, pero quería unirse al movimiento de Caitanya Mahāprabhu. Así que abandonó su posición como ministro, y después de unirse, cuando se entregó, ofreció una hermosa oración al Señor Caitanya. Esa oración dice:

namo mahā-vadānyāya
kṛṣṇa-prema-pradāya te
kṛṣṇāya kṛṣṇa-caitanya-
nāmne gaura-tviṣe namaḥ
 

«Mi querido Señor, Tú eres la más magnánima de todas las encarnaciones.» ¿Por qué? Kṛṣṇa-prema- pradāya te: «Tú estás dando directamente amor por Dios. Tú no tienes ningún otro interés. Tu proceso es tan eficaz que uno puede aprender de inmediato a amar a Dios. Por lo tanto, Tú eres la más magnánima de todas las encarnaciones. Y no es posible que ninguna otra personalidad que no sea el propio Kṛṣṇa distribuya esta bendición; por lo tanto, yo digo que Tú eres Kṛṣṇa». Kṛṣṇāya kṛṣṇa-caitanya-nāmne: «Tú eres Kṛṣṇa, pero has adoptado el nombre de Kṛṣṇa Caitanya. Yo me entrego a Ti».

Así que ése es el proceso. Caitanya Mahāprabhu es el propio Kṛṣṇa, y Él está enseñando a cultivar amor por Dios mediante un método muy sencillo. Él dice que simplemente cantemos Hare Kṛṣṇa.

harer nāma harer nāma
harer nāmaiva kevalam
kalau nāsty eva nāsty eva
nāsty eva gatir anyathā
 

«En esta era, cantad constantemente el mantra Hare Kṛṣṇa. No hay otra solución». La gente está agobiada y desconcertada por la gran cantidad de métodos de autorrealización que hay. No pueden emprender los verdaderos procesos rituales de la meditación o del yoga; no se puede. Por eso el Señor Caitanya dice que, si emprenden este proceso de canto, entonces de inmediato podrán alcanzar el plano de la iluminación.

El proceso de canto ofrecido por el Señor Caitanya para alcanzar el amor por Dios se denomina saṅkīrtana. Saṅkīrtana es una palabra sánscrita. Sam significa samyak: «completo». Y kīrtana significa «glorificar» o «describir». Así que una descripción completa significa la glorificación completa del Supremo, o del Supremo Todo Completo. No se puede describir cualquier cosa o glorificar cualquier cosa y que eso sea kīrtana. Desde el punto de vista gramatical, puede que ello sea kīrtana, pero de acuerdo con el sistema védico, kīrtana significa describir a la autoridad suprema, la Verdad Absoluta, la Suprema Personalidad de Dios. Eso se denomina kīrtana.

Este servicio devocional comienza con el método de śravaṇa. Śravaṇa significa «oír», y kīrtana significa «glorificar». Una persona debe glorificar y otra debe oír. O la misma persona puede tanto glorificar como oír. No necesita la ayuda de nadie más. Cuando recitamos Hare Kṛṣṇa, glorificamos y oímos. Así es completo. Es un método completo. Pero, ¿de qué trata ese glorificar y oír? Tiene que glorificar y oír acerca de Viṣṇu, Kṛṣṇa. De ninguna otra cosa. Śravaṇaṁ kīrtanaṁ viṣṇoḥ: con el método de oír, se puede entender a Viṣṇu, la omnipresente Verdad Absoluta, la Suprema Personalidad de Dios.

Tenemos que oír; si simplemente oímos, ése es el comienzo. No necesitamos ninguna educación o cultivo de conocimiento material. Ocurre igual que con el niño: tan pronto oye, de inmediato puede responder y bailar. Así que, por nuestra naturaleza, Dios nos ha dado estos buenos instrumentos – los oídos – de manera que podamos oír. Pero debemos oír a la fuente correcta. Así lo declara el Śrīmad-Bhāgavatam. Debemos oír a aquellos que están consagrados a la Suprema Personalidad de Dios. Ellos reciben el nombre de satām. Si oímos a la fuente correcta, a un alma autorrealizada, habrá un efecto. Y estas palabras de Dios, o Kṛṣṇa, se saborean con mucha fruición. Si somos lo suficientemente inteligentes, escucharemos lo que habla el alma iluminada. Entonces, muy pronto nos liberaremos de los enredos materiales.

La vida humana tiene por objetivo avanzar en el sendero de la liberación. Eso se denomina apavarga, librarse del enredo. Todos estamos enredados. El hecho de haber aceptado un cuerpo material significa que ya estamos enredados. Pero no debemos progresar en el proceso del enredo. Ese proceso se denomina karma. En tanto la mente se encuentre absorta en karma, habremos de aceptar un cuerpo material. En el momento de la muerte, nuestra mente puede que esté pensando: «¡Oh, no pude completar este trabajo! ¡Oh, me estoy muriendo! Tengo que hacer esto…, tengo que hacer lo otro». Eso significa que Kṛṣṇa nos dará otra oportunidad para que lo hagamos, y por ello tendremos que aceptar otro cuerpo. Él nos dará la oportunidad: «Muy bien. No pudiste hacerlo. Ahora hazlo. Toma este cuerpo». Por lo tanto, el Śrīmad-Bhāgavatam dice: «Estos sinvergüenzas se han ilusionado alocadamente; debido a la ilusión están haciendo algo que no debieron haber hecho». ¿Qué están haciendo? Mahārāja Dhṛtarāṣṭra es un ejemplo muy bueno de ello. Mahārāja Dhṛtarāṣṭra estaba astutamente planeando matar a los Pāṇḍavas con el fin de favorecer a sus propios hijos, así que Kṛṣṇa envió a Su tío Akrūra para que le aconsejara que no lo hiciera. Dhṛtarāṣṭra entendió las instrucciones de Akrūra, pero dijo: «Mi querido Akrūra, lo que estás diciendo es muy cierto, pero no se fija en mi corazón, así que no puedo cambiar mi política. Tengo que seguirla, y lo que tenga que ocurrir, que ocurra».

Así que los hombres enloquecen cuando quieren satisfacer sus sentidos, y en esa locura hacen cualquier cosa. Por ejemplo, en la vida material ha habido muchos casos en que alguien se ha vuelto loco en la busca de algo y ha cometido un acto criminal, tal como un asesinato. La persona no pudo detenerse. De manera similar, estamos acostumbrados a la complacencia de los sentidos. Estamos locos, y, en consecuencia, nuestras mentes están plenamente absortas en karma. Eso es algo muy desafortunado, debido a que nuestro cuerpo, si bien es temporal, es el manantial de todos los infortunios y sufrimientos; siempre nos está creando problemas. Estos asuntos han de ser estudiados. No debemos ser locos. La vida humana no está destinada a eso. El defecto de la actual civilización es que la gente está loca tras la complacencia de los sentidos. Eso es todo. Ellos no conocen el verdadero valor de la vida, y, por lo tanto, están despreciando la forma más valiosa de vida, esta forma humana.

Cuando este cuerpo se termine, no hay ninguna garantía de qué clase de cuerpo habremos de recibir a continuación. Supongan que en mi siguiente vida por casualidad recibo un cuerpo de árbol. Por miles de años tendré que estar de pie. Pero la gente no es muy seria. Incluso dice: «¿Qué importa? Incluso si tengo que estar de pie, aun así no estaré consciente de ello». Las especies inferiores de vida están cubiertas por el olvido. Si un árbol estuviera consciente de la situación en que se encuentra, le sería imposible vivir. Supongan que se nos dijera: «¡Usted, quédese de pie aquí por tres días!». Debido a que estamos conscientes de ello, nos volveríamos locos. Así que, por ley de la naturaleza, todas esas especies inferiores de vida son olvidadizas. Su conciencia no se encuentra desarrollada. Un árbol tiene vida, pero incluso si alguien lo corta, debido a que su conciencia no está desarrollada, no responde. Así que debemos ser muy cuidadosos en cuanto a utilizar esta forma humana de vida correctamente. El movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa tiene por objeto alcanzar la perfección de la vida. No es un engaño ni una explotación, pero desafortunadamente la gente está acostumbrada a ser engañada. Hay un verso de un poeta hindú, que dice: «Si alguien habla cosas hermosas, la gente le reñirá a uno, diciendo: “¡Oh, qué tonterías estás hablando!”. Pero si otro los estafa y los engaña, se sentirán muy contentos». Así que si un engañador dice: «Tan sólo haz esto, dame mis honorarios, y en seis meses habrás de volverte Dios», entonces la gente accederá: «Sí, toma este pago, y me volveré Dios en seis meses». No. Esos procesos fraudulentos no resolverán nuestro problema. Si de verdad queremos resolver los problemas de la vida en esta era, tenemos que emprender este proceso de kīrtana. Ése es el proceso recomendado.

harer nāma harer nāma
harer nāmaiva kevalam
kalau nāsty eva nāsty eva
nāsty eva gatir anyathā
 

En esta era, Kali-yuga, no se puede ejecutar ningún proceso de autorrealización o perfeccionamiento de la vida aparte del kīrtana. El kīrtana es indispensable en esta era.

En todas las Escrituras védicas se confirma que debemos meditar en la Suprema Verdad Absoluta, Viṣṇu, y en ninguna otra cosa. Pero hay diferentes procesos de meditación recomendados para las diferentes épocas. El proceso de la meditación yóguica mística era factible en Satya-yuga cuando los hombres vivían por muchos miles de años. Ahora la gente no lo creerá, pero en una época anterior había personas que vivían cien mil años. Esa época se denominaba Satya-yuga, y la meditación del yoga místico era factible en aquellos tiempos. En esa era, el gran yogī Vālmīki Muni meditó durante sesenta mil años. Así que ése es un proceso a largo plazo, que no podemos ejecutar en esta época. Si deseamos llevar a cabo una farsa, eso es otra cosa. Pero si queremos verdaderamente practicar dicha meditación, el perfeccionarla requiere de un tiempo extremadamente largo. En la siguiente era, Treta-yuga, el proceso para alcanzar la iluminación consistía en ejecutar los diversos sacrificios rituales que se recomiendan en los Vedas. Y en la siguiente era, Dvāpara-yuga, el proceso consistía en llevar a cabo la adoración que se realiza en el templo. En la era actual, el mismo resultado puede alcanzarse mediante el proceso de hari-kīrtana, la glorificación de Hari, Kṛṣṇa, la Suprema Personalidad de Dios.

Ningún otro kīrtana se recomienda. Este hari-kīrtana fue comenzado por el Señor Caitanya en Bengala hace quinientos años. En Bengala hay una competencia entre los vaiṣṇavas y los śaktas. Los śaktas han introducido un cierto tipo de kīrtana llamado kālī-kīrtana. Pero en las Escrituras védicas no hay ninguna recomendación de ejecutar kālī-kīrtana. Kīrtana significa hari-kīrtana. No puede decir: «¡Oh!, tú eres vaiṣṇava. Puede ejecutar hari-kīrtana. Yo voy a ejecutar śiva-kīrtana, o devī-kīrtana, o gaṇeśa-kīrtana». No. Las Escrituras védicas no autorizan ningún otro kīrtana que no sea hari-kīrtana. Kīrtana significa hari-kīrtana, la glorificación de Kṛṣṇa.

Así que este proceso de hari-kīrtana es muy sencillo: Hare Kṛṣṇa, Hare Kṛṣṇa, Kṛṣṇa Kṛṣṇa, Hare Hare/ Hare Rāma, Hare Rāma, Rāma Rāma, Hare Hare. En realidad, únicamente hay tres palabras: Hare, Kṛṣṇa y Rāma. Pero están muy bien compuestas para ser cantadas, de manera que todo el mundo pueda tomar el mantra y cantar Hare Kṛṣṇa, Hare Kṛṣṇa, Kṛṣṇa Kṛṣṇa, Hare Hare. Desde que comenzamos este movimiento en los países occidentales, los europeos, americanos, africanos, egipcios y japoneses, están todos cantando. No hay ninguna dificultad en ello. Ellos han accedido muy gustosamente a cantar, y están recibiendo los resultados. ¿Qué dificultad hay en ello? Estamos distribuyendo este canto sin costo alguno, y es muy sencillo. Simplemente por cantar se puede obtener la autorrealización, la comprensión de Dios, y cuando hay comprensión de Dios, queda entonces incluida también la comprensión de la naturaleza. Por ejemplo, si se aprende uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, y cero, entonces se ha estudiado las matemáticas por entero, debido a que matemáticas significa simplemente cambiar las posiciones de estas diez cifras. Eso es todo. En forma similar, si simplemente se estudia a Kṛṣṇa, entonces todo el conocimiento es perfecto. Y Kṛṣṇa puede ser entendido con facilidad, simplemente mediante el canto de este mantra, Hare Kṛṣṇa. Así que, ¿por qué no aprovechar esta oportunidad?

Aprovechen esta oportunidad que se está ofreciendo a la sociedad humana. Es algo muy antiguo y científico. No crean que es una invención que habrá de durar sólo unos tres o cuatro años. No. En la Bhagavad-gītā, el propio Kṛṣṇa dice: «Esta filosofía es inagotable e indestructible. Nunca se pierde ni se destruye». Puede que se encuentre cubierta por momentos, pero nunca se destruye. Por eso se denomina avyayam. Vyaya significa «agotamiento». Por ejemplo, puede que alguien tenga cien dólares, y si se los gasta uno tras otro, al día siguiente llegará a cero. Eso es vyaya, agotable. Pero el proceso de la conciencia de Kṛṣṇa no es así. Si se cultiva este conocimiento de la conciencia de Kṛṣṇa, el mismo aumentará. Eso está certificado por el Señor Caitanya Mahāprabhu. Ānandāmbudhi- vardhanam. Ānanda significa «placer», «bienaventu-ranza trascendental», y ambudhi significa «océano». En el mundo material observamos que el océano no aumenta. Pero si cultivamos conciencia de Kṛṣṇa, entonces su bienaventuranza trascendental sencillamente aumentará. Ānandāmbudhi-vardhanam. Y he de recordar siempre a todo el mundo que el proceso es muy sencillo. Cualquiera puede cantar, en cualquier lugar, sin impuestos ni pérdida, pero la ganancia es muy grande.

Śrī Caitanya Mahāprabhu ha explicado este movimiento de kīrtana en Su Śikṣāṣṭaka. Śikṣā significa «instrucción», y aṣṭaka significa «ocho». Él nos ha dado ocho versos para ayudarnos a entender este movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa, y voy a explicar la primera de esas instrucciones. El Señor dice: ceto-darpaṇa-mārjanam: Debemos limpiar el corazón. He explicado esto varias veces, pero no se vuelve monótono. Es como el canto de Hare Kṛṣṇa; no se vuelve aburrido. Nuestros discípulos pueden cantar el mantra Hare Kṛṣṇa las veinticuatro horas del día, y nunca se cansan. Ellos continuarán bailando y cantando. Y cualquiera puede probarlo; como Hare Kṛṣṇa no es material, nunca se cansarán de cantar. En el mundo material, si cantamos cualquier cosa, cualquier nombre favorito, por tres, cuatro, o diez veces, nos cansaremos. Eso es un hecho. Pero, debido a que Hare Kṛṣṇa no es material, si cantamos ese mantra, nunca nos cansaremos. Cuanto más lo cantemos, más nuestro corazón se limpiará de la suciedad material, y más se resolverán los problemas de nuestra vida dentro del mundo material.

¿Cuál es el problema de nuestras vidas? Eso no lo sabemos. La educación moderna nunca da iluminación acerca del verdadero problema de la vida. Éste se indica en la Bhagavad-gītā. Aquellos que están educados y que están avanzando en la adquisición de conocimiento deberían saber cuál es el problema de la vida. Este problema se enuncia en laBhagavad-gītā: siempre debemos reconocer los inconvenientes del nacimiento, la muerte, la vejez y las enfermedades. Desafortunada-mente, nadie presta atención a esos problemas. Cuando un hombre está enfermo, piensa: «Muy bien, iré al médico. Él me dará alguna medicina y me curaré». Pero él no analiza el problema muy seriamente. «Yo no quise esta enfermedad. ¿Por qué existen las enfermedades? ¿No será posible librarse de las enfermedades?». Él nunca piensa de esa manera. Eso se debe a que su inteligencia es de muy bajo grado, como la de un animal. El animal sufre, pero no tiene juicio. Si un animal es llevado a un matadero y ve que el animal que se encuentra delante de él está siendo sacrificado, aun así se quedará ahí contento, comiendo el pasto. Así es la vida animal. Él no sabe que la próxima vez le tocará su turno y será sacrificado. Yo lo he visto. En un templo de Kali yo vi que una cabra estaba a punto de ser sacrificada, y otra cabra estaba muy alegremente comiendo el pasto.

De igual manera, Yamarāja preguntó a Mahārāja Yudhiṣṭhira: «¿Puedes explicarme cuál es la cosa más sorprendente de este mundo?». Entonces Mahārāja Yudhiṣṭhira respondió: «Sí. La cosa más sorprendente es que a cada momento podemos ver que nuestros amigos, nuestros padres y nuestros familiares han muerto, pero pensamos: “Yo viviré por siempre”» Nunca pensamos que moriremos, de la misma manera en que un animal nunca piensa que en el momento siguiente puede que sea sacrificado. Él está satisfecho con el pasto, y eso es todo. Él está satisfecho con la complacencia de los sentidos. Él no sabe que también va a morir.

Mi padre murió, mi madre murió, él murió, ella murió. Así que yo también tendré que morir. Entonces, ¿qué hay después de la muerte? No sé. Ése es el problema. La gente no toma este problema en serio, pero la Bhagavad-gītā indica que eso constituye verdadera educación. La verdadera educación consiste en preguntar por qué llega la muerte a pesar de que no queremos morir. Eso es verdadera investigación. No queremos volvernos viejos. ¿Por qué nos llega la vejez? Tenemos muchos problemas, pero esto constituye la esencia de todos ellos.

Para resolver ese problema, el Señor Caitanya Mahāprabhu prescribe el canto de Hare Kṛṣṇa. Tan pronto como nuestro corazón se limpia mediante el canto de este mantra Hare Kṛṣṇa. el fuego ardiente de nuestra problemática existencia material se extingue. ¿Cómo se extingue? Cuando limpiemos nuestro corazón, nos daremos cuenta de que no pertenecemos a este mundo material. Debido a que la gente se está identificando con el mundo material, está pensando: «Yo soy hindú, yo soy inglés, yo soy esto, yo soy aquello». Pero si cantamos el mantra Hare Kṛṣṇa, nos daremos cuenta de que no somos el cuerpo material. «Yo no pertenezco a este cuerpo material ni a este mundo material. Yo soy un alma espiritual, parte integral del Supremo. Estoy relacionado eternamente con Él, y no tengo nada que ver con el mundo material». Eso se denomina liberación, conocimiento. Si yo no tengo nada que ver con este mundo material, entonces estoy liberado. Y ese conocimiento se denomina brahma-bhūta.

Una persona que posea esta comprensión no tiene ningún deber que ejecutar. Debido a que ahora identificamos nuestra existencia con este mundo material, tenemos muchísimos deberes. El Śrīmad-Bhāgavatam dice que, en tanto no haya autorrealización, tenemos muchísimos deberes y deudas. Estamos endeudados con los semidioses. Los semidioses no son nada ficticio. Son una realidad. Hay semidioses que controlan el Sol, la Luna y el aire. Así como hay directores de los departamentos gubernamentales, también para el departamento de calefacción se tiene al dios del Sol, para el departamento de aire se tiene a Varuṇa, y, en forma similar, hay otros semidioses a cargo de otros departamentos. En los Vedas se les describe como deidades regentes, así que no podemos hacer caso omiso de ellos. Además, hay grandes sabios y filósofos que nos han dado conocimiento, y estamos endeudados con ellos. Así que, tan pronto como nacemos, nos encontramos endeudados con muchísimas entidades vivientes, pero es imposible liquidar todas esas deudas. Por eso las Escrituras védicas recomiendan que nos refugiemos en los pies de loto de Kṛṣṇa. Y Kṛṣṇa dice: «Si alguien se refugia en Mí, no tiene que refugiarse entonces en nadie más».

Por consiguiente, aquellos que son devotos conscientes de Kṛṣṇa se han refugiado en Kṛṣṇa, y el comienzo es oír y cantar. Śravaṇaṁ kīrtanaṁ viṣṇoḥ. Así que el humilde y ferviente pedido que hacemos a todos es que, por favor, acepten este canto. Este movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa fue introducido por el Señor Caitanya hace quinientos años en Bengala, y ahora hay millones de seguidores de Caitanya Mahāprabhu en todas partes de la India, y especialmente en Bengala. Este movimiento está comenzando ahora en los países occidentales, así que tomen con mucha seriedad el tratar de entenderlo. Nosotros no criticamos ninguna otra religión. No lo tomen así. Nosotros no tenemos por qué criticar ningún otro proceso de religión. El proceso de la conciencia de Kṛṣṇa está dando a la gente la religión más sublime: el amor por Dios. Eso es todo. Estamos enseñando a amar a Dios. Todo el mundo ya ama, pero ese amor está mal colocado. Amamos a este muchacho o a esta muchacha, o a este país, o a aquella sociedad, o incluso a los perros y los gatos, pero no estamos satisfechos. Así que debemos poner nuestro amor en Dios. Si ponemos nuestro amor en Dios, seremos felices.

No piensen que este movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa es un nuevo tipo de religión. ¿Qué religión no reconoce a Dios? Puede que llamemos a Dios «Alá» o «Kṛṣṇa», o cualquier otra cosa, pero, ¿qué religión no reconoce a Dios? Estamos enseñando que debemos simplemente tratar de amar a Dios. Nos encontramos atraídos por muchísimas cosas, pero, si nuestro amor lo depositamos en Dios, entonces seremos felices. No tenemos que aprender a amar ninguna otra cosa; todo lo demás queda automáticamente incluido. Sencillamente traten de amar a Dios. No traten de amar sólo árboles, o plantas, o insectos. Eso nunca les satisfará. Aprendan a amar a Dios. Ésa es la misión de Caitanya Mahāprabhu; ésa es nuestra misión.

Por Su Divina Gracia A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupāda

Por Su Divina Gracia A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupāda

Fundador y Actual Ācārya (maestro espiritual iniciador) del movimiento Hare Krishna
“Si me marcho, no hay causa de lamentación. Siempre estaré con ustedes a través de mis libros y mis ordenes. Siempre permaneceré con ustedes de esa forma.”

(Mayo 5, 1977)

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Kṛṣṇa Kiśora dāsa

En cada pueblo y aldea, al servicio de mi maestro espiritual Su Divina Gracia A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupāda

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