Dirigiéndose al Supremo

COMENZAR
5 mins lectura

Todos estos devotos son sin duda almas magnánimas,
pero considero que aquel que está situado en el conocimiento de Mí, en verdad habita en Mí. Al estar ocupado
en Mi servicio trascendental, él Me alcanza.” (Bg. 7.18)
Aquí Kṛṣṇa dice que todos los hombres que acuden
a Él–ya sean afligidos, necesitados de dinero, curiosos,
etc.–son bienvenidos, pero entre ellos, la persona que
tiene conocimiento le es muy querida. Los demás son
bienvenidos porque se entiende que con el tiempo, si continúan en el camino hacia Dios, llegarán a ser tan buenos como el hombre de conocimiento. Generalmente, sin
embargo, sucede que cuando uno va a la iglesia con fines
de lucro y el dinero no llega, llega a la conclusión de que
acercarse a Dios es una tontería y abandona toda conexión
con la iglesia. Ése es el peligro de acercarse a Dios con
motivos ocultos. Por ejemplo, durante la Segunda Guerra
Mundial se reportó que muchas esposas de los soldados
Alemanes iban a la iglesia a orar por el regreso seguro de sus maridos, pero cuando descubrieron que habían muerto
en batalla, se volvieron ateas. Por eso queremos que Dios
se convierta en nuestro proveedor de ordenes, y cuando Él
no suministra nuestros pedidos, decimos que no hay Dios.
Ése es el efecto de orar por cosas materiales.
En relación con esto, hay una historia de un niño de unos
cinco años, llamado Dhruva, que pertenecía a una familia
real. Con el tiempo, su padre, el rey, se cansó de su madre
y la depuso como su reina. Luego tomó a otra mujer como
reina y ella se convirtió en madrastra del niño. Ella le tenía
mucha envidia y un día, mientras Dhruva estaba sentado en
las rodillas de su padre, lo insultó. “Oh, no puedes sentarte en
el regazo de tu padre,” dijo ella, “porque no naciste de mí.”
Arrastró a Dhruva del regazo de su padre y el niño se enojó
mucho. Era hijo de un kṣatriya, y los kṣatriyas son famosos
por su temperamento irascible. Dhruva consideró esto un
gran insulto y acudió a su madre, que había sido destituida.
“Querida madre,” dijo, “mi madrastra me ha insultado
arrastrándome del regazo de mi padre.”
“Querido hijo,” respondió la madre, “¿qué puedo hacer? Estoy indefensa y tu padre ya no se preocupa por
mí.”
“Bueno, ¿cómo puedo vengarme?” preguntó el niño.
“Mi querido muchacho, estás indefenso. Sólo si Dios te
ayuda puedes vengarte.”
“Oh, ¿dónde está Dios?” preguntó Dhruva con entusiasmo Tengo entendido que muchos sabios van a la jungla y
al bosque para ver a Dios,” respondió la madre. “Se someten a grandes penitencias y austeridades para encontrar
allí a Dios.”
Inmediatamente, Dhruva fue al bosque y comenzó a
preguntar al tigre y al elefante, “Oh, ¿eres Dios? ¿Eres
Dios? De esta manera iba interrogando a todos los animales. Al ver que Dhruva era muy inquisitivo, Śrī Kṛṣṇa
envió a Nārada Muni para ver la situación. Nārada fue
rápidamente al bosque y encontró a Dhruva.
“Mi querido muchacho,” dijo Nārada, “tú perteneces
a la familia real. No puedes sufrir toda esta penitencia y
austeridad. Por favor regresa a tu casa. Tu madre y tu padre están muy ansiosos por ti.”
“Por favor, no intentes distraerme de esa manera,” dijo
el niño. “Si sabes algo sobre Dios, o si sabes como puedo
ver a Dios, por favor dímelo. De lo contrario, vete y no
me perturbes.”
Cuando Nārada vio que Dhruva estaba tan decidido, lo
inició como discípulo y le dio el mantra, om namo bhagavate vāsudevāya. Dhruva cantó este mantra y se volvió
perfecto, y Dios vino ante él.
“Mi querido Dhruva, ¿qué quieres? Puedes tomar de Mí
lo que quieras.”
“Mi querido Señor,” respondió el niño, “me estuve sometiendo a penitencias tan severas simplemente por el
reino y la tierra de mi padre, pero ahora te he visto. Ni siquiera los grandes sabios y santos pueden verte. ¿Cuál
es mi ganancia? Dejé mi casa para encontrar simplemente
algunos trozos de vidrio y basura, y en su lugar he encontrado un diamante muy valioso. Ahora estoy satisfecho.
No tengo necesidad de pedirte nada.”
Así, aunque uno esté asolado por la pobreza o en aflicción, si acude a Dios con la misma determinación que
Dhruva, con la intención de ver a Dios y tomar Su bendición, y si llega a ver a Dios, ya no querrá nada material.
Llega a comprender la tontería de las posesiones materiales y deja de lado la ilusión por la realidad. Cuando uno se
sitúa en la conciencia de Kṛṣṇa, como Dhruva Mahārāja,
queda completamente satisfecho y no quiere nada.
El jñānī, el hombre sabio, sabe que las cosas materiales
están parpadeando. También sabe que hay tres aspectos
que complican toda ganancia material–uno quiere ganancias por su trabajo, uno quiere la adoración de los demás
debido a sus riquezas y uno quiere fama debido a su riqueza. En cualquier caso, él sabe que todo esto se aplica
pero al cuerpo y que cuando el cuerpo termina, también
se van. Cuando el cuerpo muere, uno ya no es un hombre
rico sino un alma espiritual, y según su trabajo, tiene que
entrar a otro cuerpo. El Gītā dice que un hombre sabio
no se desconcierta por esto, porque sabe qué es qué. ¿Por
qué entonces debería molestarse alcanzado la riqueza
material? Su actitud es, “Tengo una conexión eterna con
Kṛṣṇa, el Señor Supremo. Ahora déjame establecer esa relación firmemente para que Kṛṣṇa me lleve de regreso
a Su reino.”
La situación cósmica nos está dando toda facilidad para
restablecer esta relación con Kṛṣṇa y regresar al Supremo.
Esta debería ser nuestra misión en la vida. Todo lo que necesitamos está siendo suministrado por Dios–tierra, granos, frutas, leche, refugio y ropa. Sólo tenemos que vivir
en paz y cultivar la conciencia de Kṛṣṇa. Esa debería ser
nuestra misión en la vida. Por lo tanto, deberíamos estar
satisfechos con lo que Dios nos ha proporcionado en forma de alimento, refugio, defensa y sexo, y no deberíamos
querer más y más. El mejor tipo de civilización es aquella
que se adhiere a la máxima de “vida sencilla y pensamiento elevado.” No es posible fabricar comida o sexo en una
fábrica. Estas y cualquier otra cosa que necesitemos son
suministradas por Dios. Nuestra ocupación es aprovechar
estas cosas y volvernos conscientes de Dios.
Aunque Dios nos ha dado todas las facilidades para vivir pacíficamente en esta tierra, cultivar la conciencia de
Kṛṣṇa y finalmente venir a Él, en esta era somos desafortunados. Vivimos poco y hay muchísimas personas sin
comida, refugio, vida matrimonial o defensa contra los
embates de la naturaleza. Esto se debe a la influencia de
esta era de Kali. Por lo tanto, el Señor Caitanya Mahāprabhu, al ver la terrible situación en esta era, enfatizó la absoluta necesidad de cultivar la vida espiritual. ¿Y cómo
deberíamos hacerlo? Caitanya Mahāprabhu da la fórmula

harer nāma harer nāma harer nāmaiva kevalam
kalau nāsty eva nāsty eva nāsty eva gatir anyathā


“Simplemente canta siempre Hare Kṛṣṇa.” No importa
si estás en una fábrica o en un infierno, en una choza o en
un rascacielos–no importa. Simplemente sigan cantando
Hare Kṛṣṇa, Hare Kṛṣṇa, Kṛṣṇa Kṛṣṇa, Hare Hare/ Hare
Rāma, Hare Rāma, Rāma Rāma, Hare Hare. No hay gastos, no hay impedimentos, no hay casta, no hay credo, no
hay color cualquiera puede hacerlo. Sólo canta y escucha.
De una forma u otra, si uno entra en contacto con la
conciencia de Kṛṣṇa y ejecuta el proceso bajo la guía de
un guía fidedigno, es seguro que regresará a Dios.

En el camino a Krishna,Cap.5 Dirigiéndose al supremo

Por Su Divina Gracia A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupāda

Fundador y Actual Ācārya (maestro espiritual iniciador) del movimiento Hare Krishna
“Si me marcho, no hay causa de lamentación. Siempre estaré con ustedes a través de mis libros y mis ordenes. Siempre permaneceré con ustedes de esa forma.”

(Mayo 5, 1977)

Únete al grupo de WhatsApp del Templo Virtual para profundizar más sobre este y otros temas de Conciencia de Krishna 👉 https://chat.whatsapp.com/G1Zub96aJVJG5Um3BiJ0FU
Debajo encontrarás el horario de los programas matutinos y vespertinos de la semana en nuestro Templo Virtual Hare Krishna.

bhaktinacnael

Para el alma nunca hay nacimiento ni muerte. Y una
vez que ha sido, nunca deja de serlo. Él es innaciente,eterno, siempre existente, inmortal y primordial.

Deja una respuesta

Your email address will not be published.

ANTERIOR

Las seis características del servicio devocional

SIGUIENTE

“Trimūrti”

error: El cotenido está protegido!