/

Los hermanos Jagāi y Mādhāi

COMENZAR
9 mins lectura

El Señor comenzó a predicar y propagar más vigorosamente Su bhāgavata-dharma o movimiento de saṅkīrtana, y todo aquel que se oponía a esta propagación del yuga-dharma, o el deber de la era, era debidamente castigado de diversas maneras. Dos caballeros brāhmaṇas de nombre Cāpala y Gopāla, que además eran tíos maternos del Señor, fueron atacados de lepra como castigo, y luego, cuando se arrepintieron, fueron perdonados por el Señor. Este en el transcurso de sus labores de prédica, solía enviar diariamente a todos Sus seguidores —entre ellos a Śrīla Nityānanda Prabhu y a Ṭhākura Haridāsa, dos de los principales líderes de Su grupo—, a predicar de puerta en puerta el Śrīmad-Bhāgavatam. Todo Navadvīpa estaba sobrecargado de Su movimiento de saṅkīrtana, y Su centro de actividades se hallaba en la casa de Śrivāsa Ṭhākura y Śrī Advaita Prabhu, dos de Sus principales discípulos casados. Estos dos eruditos dirigentes de la comunidad brāhmaṇa eran quienes respaldaban más ardientemente el movimiento del Señor Caitanya. Śrī Advaita Prabhu fue la principal causa del advenimiento del Señor. Cuando Advaita Prabhu vio que toda la sociedad humana estaba llena de actividades materialistas y desprovista de servicio devocional, siendo esto último lo único que podía salvar a la humanidad del sufrimiento triple de la existencia material, Él, movido por Su compasión sin causa para con la sociedad humana consumida por la época, oró fervientemente, pidiendo la encarnación del Señor, y adoró de forma continua al Señor con agua del Ganges y hojas del sagrado árbol de tulasī. En lo que se refiere a la labor de prédica dentro del movimiento de saṅkīrtana, cada uno de ellos tenía la responsabilidad de desempeñar diariamente la parte que le correspondiera, conforme a las órdenes del Señor.

 

Una vez, Nityānanda Prabhu y Śrīla Haridāsa Ṭhākura iban caminando por una de las calles principales y en el camino vieron reunida a una estrepitosa multitud. Después de informarse con algunos transeúntes, supieron que dos hermanos llamados Jagāi y Mādhāi, en estado de embriaguez, estaban creando un desorden público. También oyeron que estos dos hermanos habían nacido en una respetable familia brāhmaṇa, pero que, a causa de malas compañías se habían convertido en libertinos de la peor categoría. No solo eran borrachos, sino que también comían carne, perseguían a las mujeres, eran asaltantes, y eran pecadores en toda la acepción de la palabra. Śrīla Nityānanda Prabhu oyó todas estas historias, y decidió que estas dos almas caídas debían ser las primeras en ser redimidas, pues si se las liberaba de su vida pecaminosa, entonces el buen nombre del Señor Caitanya sería glorificado aún más. Pensando de esa manera, Nityānanda Prabhu y Haridāsa se abrieron paso entre la muchedumbre y les pidieron a los dos hermanos que cantaran el santo nombre del Señor Hari. Los ebrios hermanos se enfurecieron ante ese pedido, atacaron a Nityānanda Prabhu con palabras obscenas y los persiguieron por un largo trecho. Esa noche, se le presentó al Señor el reporte de la labor de prédica, y Él se alegró al saber que Nityānanda y Haridāsa habían tratado de liberar a un par de tipos tan estúpidos como esos.

 

Al día siguiente, Nityānanda Prabhu fue a ver a los dos hermanos, y, tan pronto como se les acercó, uno de ellos le arrojó un pedazo de un tarro de barro, que lo golpeó en la frente, haciendo que de inmediato comenzara a sangrar. Pero Nityānanda Prabhu era tan bondadoso, que, en vez de protestar por este nefando acto, dijo: «No importa que me hayan tirado esta piedra; aún les pido que canten el santo nombre del Señor Hari».

 

Uno de los hermanos, Jagāi, se asombró de ver este comportamiento de Nityānanda Prabhu, y de inmediato cayó a Sus pies y le pidió que perdonara al pecador de su hermano. Cuando Mādhāi intentó lastimar de nuevo a Nityānanda Prabhu, Jagāi lo detuvo y le imploró que cayera a Sus pies. Mientras tanto, las noticias de la herida de Nityānanda habían llegado hasta el Señor, quien, acalorado e iracundo, se dirigió de inmediato al lugar de los acontecimientos. El Señor invocó al instante Su Sudarśana cakra (el arma máxima del Señor, en forma de disco) para matar a los pecadores, pero Nityānanda Prabhu le recordó Su misión. El Señor tenía la misión de liberar a las desesperanzadas y caídas almas de Kali-yuga, y los hermanos Jagāi y Mādhāi eran ejemplos típicos de esas almas caídas. El noventa por ciento de la población de esta era se asemeja a estos dos hermanos, a pesar del elevado nacimiento y la respetabilidad mundana que se pueda tener. En esta era, de acuerdo con el veredicto de las Escrituras reveladas, toda la población será de la más baja calidad śūdra, o aún más baja. Debe observarse que Śrī Caitanya Mahāprabhu nunca reconoció el estereotipado sistema de castas por derecho de nacimiento; más bien, siguió estrictamente el dictamen de los śāstras en lo referente al svarūpa propio de cada quien, o su verdadera identidad.

 

Cuando el Señor estaba invocando Su Sudarśana cakra y Śrīla Nityānanda Prabhu le estaba implorando que perdonara a los dos hermanos, estos cayeron a los pies de loto del Señor y le suplicaron que perdonara su grosero comportamiento. Nityānanda Prabhu también le pidió al Señor que aceptara a esas almas arrepentidas, y el Señor accedió a ello con una condición: que, desde ese momento en adelante, abandonaran por completo todas sus actividades pecaminosas y costumbres licenciosas. Ambos hermanos convinieron y prometieron abandonar todos sus hábitos pecaminosos, con lo que el bondadoso Señor los perdonó y no volvió a mencionar sus pasadas fechorías.

 

He ahí la bondad específica del Señor Caitanya. En esta época, nadie puede decir que está libre de pecado. Es imposible que alguien pueda decir eso. Pero el Señor Caitanya acepta a toda clase de personas pecadoras, con la única condición de que prometan no entregarse más a los hábitos pecaminosos después de ser iniciadas espiritualmente por el maestro espiritual genuino.

 

Hay muchos puntos instructivos que deben observarse en este incidente de los dos hermanos. En Kali-yuga, prácticamente toda la gente es de la calidad de Jagāi y Mādhāi. Si ellos quieren librarse de las reacciones de sus fechorías, tienen que refugiarse en el Señor Caitanya Mahāprabhu y, después de la iniciación espiritual, deben abstenerse de aquellas cosas que se prohíben en los śāstras. Las reglas prohibitivas se tratan en las enseñanzas del Señor a Śrīla Rūpa Gosvāmī.

 

Durante Su vida de casado, el Señor no exhibió muchos de los milagros que por lo general se esperan de esa clase de personalidades, pero una vez sí hizo un milagro maravilloso en la casa de Śrīnivāsa Ṭhākura, mientras el saṅkīrtana estaba en pleno apogeo. Él les preguntó a los devotos qué deseaban comer, y cuando le informaron que querían comer mangos, pidió una semilla de mango, si bien esta fruta estaba fuera de temporada. Cuando se la trajeron, la sembró en el patio de Śrīnivāsa, y de inmediato salió de la semilla una plantita, que comenzó a crecer. En muy poco tiempo, la plantita se había convertido en un árbol de mango completamente desarrollado, y cargado con más frutas maduras que las que los devotos podían comer. El árbol permaneció en el patio de Śrīnivāsa, y a partir de entonces los devotos solían tomar del árbol tantos mangos como deseaban.

 

El Señor tenía en muy alta estima el afecto que las doncellas de Vrajabhūmi (Vṛndāvana) sentían por Kṛṣṇa. Una vez, movido por el aprecio que sentía por el servicio puro que las gopīs (las pastorcillas de vacas) le prestaban al Señor, Śrī Caitanya Mahāprabhu cantó los santos nombres de ellas en vez de los nombres del Señor. Mientras se encontraba haciendo esto, algunos de Sus alumnos, que también eran discípulos Suyos, fueron a visitarlo, y se asombraron al ver que el Señor estaba cantando los nombres de las gopīs. Por pura necedad, le preguntaron al Señor por qué estaba cantando los nombres de las gopīs, y le aconsejaron que cantara el nombre de Kṛṣṇa. El Señor, que se hallaba en estado de éxtasis, fue así perturbado por estos tontos alumnos, a quienes regañó y corrió del lugar. Los alumnos tenían prácticamente la misma edad que el Señor, y por eso pensaron equivocadamente que el Señor era uno de ellos. Luego, se reunieron y resolvieron atacar al Señor si osaba castigarlos de nuevo de esa manera. Este incidente suscitó en la gente en general algunos comentarios maliciosos acerca del Señor.

 

Cuando el Señor se enteró de esto, comenzó a considerar los diferentes tipos de hombres que se encuentran en la sociedad. Él notó que especialmente los estudiantes, los profesores, los trabajadores fruitivos, los yogīs, los no devotos y los diferentes tipos de ateos, se oponían todos al servicio devocional del Señor. «Mi misión es la de redimir a todas las almas caídas de esta era —pensó Él—, pero si cometen ofensas en contra de Mí, considerándome un hombre ordinario, no se beneficiarán. Si de alguna manera han de comenzar su vida hacia la comprensión espiritual, deben ofrecerme reverencias de una forma u otra». Por consiguiente, el Señor decidió adoptar la orden de vida de renuncia (sannyāsa), porque la gente en general se sentía inclinada a ofrecerle respetos a un sannyāsī.

 

Hace quinientos años, la sociedad no se encontraba en una condición tan degradada como la de hoy en día. En aquella época la gente le ofrecía respetos al sannyāsī, y el sannyāsī era estricto en seguir las reglas y regulaciones de la orden de vida de renuncia. Śrī Caitanya Mahāprabhu no estaba muy a favor de la adopción de la orden de vida de renuncia en esta era de Kali, pero la razón de ello era únicamente que en esta era muy pocos sannyāsīs son capaces de observar las reglas y regulaciones de la vida de sannyāsa. Śrī Caitanya Mahāprabhu decidió adoptar la orden y volverse un sannyāsī ideal, para que la gente en general le ofreciera respetos. Uno está obligado a ofrecerle respetos a un sannyāsī, pues se considera que este es el maestro de todos los varṇas y āśramas.

 

Mientras Él estaba considerando adoptar la orden de sannyāsa, ocurrió que Keśava Bhāratī, un sannyāsī de la escuela māyāvāda y residente de Katwa (Bengala), visitó Navadvīpa y fue invitado a comer con el Señor. Cuando Keśava Bhāratī llegó a la casa del Señor, Este le pidió que le confiriera la orden de vida de sannyāsa. Esto era una simple formalidad. La orden sannyāsa debe recibirse de alguien que sea sannyāsī. Aunque el Señor era independiente en todos los aspectos, aun así, para mantener las formalidades de los śāstras recibió la orden de sannyāsa de Keśava Bhāratī, aunque este último no pertenecía a la sampradāya (escuela) vaiṣṇava.

 

Después de consultar con Keśava Bhāratī, el Señor salió de Navadvīpa hacia Katwa, para aceptar formalmente la orden de vida de sannyāsa. Lo acompañaban Śrīla Nityānanda Prabhu, Candraśekhara Ācārya y Mukunda Datta. Estos tres lo asistieron en los detalles de la ceremonia. El incidente de cómo el Señor recibió la orden de sannyāsa está descrito muy detalladamente en el Caitanya-bhāgavata, de Śrīla Vṛndāvana dāsa Ṭhākura.

 

Así pues en el mes de māgha, a finales de Sus veinticuatro años de edad, el Señor recibió la orden de vida de sannyāsa. Después de adoptar esa orden, se convirtió en un predicador consumado del bhāgavata-dharma. A pesar de que Él estaba realizando la misma labor de prédica en Su vida de casado, cuando se le presentaron algunos obstáculos en Su prédica, sacrificó incluso la comodidad de Su vida hogareña, por el bien de las almas caídas. En Su vida de casado, Sus asistentes principales fueron Śrīla Advaita Prabhu y Śrīla Śrīvāsa Ṭhākura, pero después de que adoptó la orden de sannyāsa, Sus asistentes principales fueron Śrīla Nityānanda Prabhu que fue comisionado para predicar específicamente en Bengala, y los Seis Gosvāmīs (Rūpa Gosvāmī, Sanātana Gosvāmī, Jīva Gosvāmī, Gopāla Bhaṭṭa Gosvāmī, Raghunātha dāsa Gosvāmī y Raghunātha Bhaṭṭa Gosvāmī), encabezados por Śrīla Rūpa y Sanātana, que fueron comisionados para ir a Vṛndāvana a excavar los actuales lugares de peregrinaje. La actual ciudad de Vṛndāvana y la importancia de Vrajabhūmi fueron así reveladas por la voluntad del Señor Śrī Caitanya Mahāprabhu.

Śrīmad-Bhāgavatam Primer Canto – Introducción

Por Su Divina Gracia A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupāda

Fundador y Actual Ācārya (maestro espiritual iniciador) del movimiento Hare Krishna
“Si me marcho, no hay causa de lamentación. Siempre estaré con ustedes a través de mis libros y mis ordenes. Siempre permaneceré con ustedes de esa forma.”

(Mayo 5, 1977)

Únete al grupo de WhatsApp del Templo Virtual para profundizar más sobre este y otros temas de Conciencia de Krishna 👉 https://chat.whatsapp.com/G1Zub96aJVJG5Um3BiJ0FU
Debajo encontrarás el horario de los programas matutinos y vespertinos de la semana en nuestro Templo Virtual Hare Krishna.

Rādhā-kuṇḍa dāsī

Abre mis ojos enceguecidos y llena mi corazón de conocimiento trascendental.

Deja una respuesta

Your email address will not be published.

ANTERIOR

Los que me adoran a Mí, vienen a Mí.

SIGUIENTE

Cultivar el amor por Dios

error: El cotenido está protegido!