¿Qué le pasa a este mundo?

Vivimos en una época donde la confusión y el caos parecen estar a la orden del día. Desde conflictos políticos hasta catástrofes naturales, el mundo parece estar en un constante estado de crisis. Pero, ¿qué es lo que realmente está detrás de todos estos problemas? La respuesta podría sorprenderle.

El 16 de febrero de 1957, se celebró una reunión en el Bharatiya Vidya Bhavan para abordar esta cuestión. Distinguidos caballeros de diferentes ámbitos debatieron el tema, pero prácticamente ninguno logró ofrecer una orientación precisa sobre qué estaba perturbando realmente la situación global.

La sensación de opresión que experimentamos en nuestra vida es, en realidad, una buena señal de progreso. Es un impulso hacia la indagación, hacia descubrir qué es lo que está mal en el mundo y nos causa problemas. Estos problemas no son algo nuevo, sino que han sido parte de nuestra vida cotidiana desde siempre, aunque los percibimos en distintos momentos y con diferente intensidad. Se presentan en diversas formas, ya sea en relación con nuestra mente, cuerpo, las interacciones con otros seres vivos o con los fenómenos naturales.

El conflicto actual de los líderes políticos sobre Cachemira es un ejemplo de los problemas que enfrentamos en relación con otras naciones amigas. Cachemira ha sido parte de la India desde tiempos inmemoriales, pero el problema ha surgido de forma natural, porque el mundo está diseñado de tal manera que siempre debe existir algún tipo de conflicto, ya sea con el cuerpo, con otros seres vivos o con la naturaleza.

Estos problemas son como incendios forestales: el fuego surge en un bosque denso sin intervención de ningún ser vivo. Nadie lo desea, pero cuando ocurre, todos los seres del bosque se ven afectados, y a veces la mayoría muere en el caos. No hay bomberos que puedan extinguirlo, y el fuego se apaga solo por las mismas leyes naturales que lo crearon, cuando las lluvias torrenciales lo apagan. Este es el curso natural de las cosas, y estas leyes son tan rígidas que ningún ser humano, por más poderoso que sea, puede resolver los problemas que dictan.

Una persona inteligente, con una conciencia humana desarrollada, puede comprender que toda ley tiene un creador detrás. Para las leyes naturales, ese creador es el Legislador Supremo: la Absoluta Personalidad de Dios. El Bhagavad-gītā nos enseña que las leyes naturales son tan estrictas que nadie puede superarlas, excepto quien se entrega al Señor Supremo.

El rey es el legislador, y tiene la facultad de perdonar a quien infringe la ley por prerrogativa especial. Sin embargo, el rey no puede hacer nada incorrecto, aunque ocasionalmente infrinja la ley. Lo mismo ocurre con las leyes supremas.

Las leyes naturales son como las acciones policiales de los agentes de Dios. Los hombres que, deslumbrados por el atractivo material, buscan disfrutar de ello sin reconocer a su Creador, son llamados demonios. Estas leyes estrictas están diseñadas para castigar a los criminales, pero no a los que las respetan. Por lo tanto, la respuesta perfecta a la pregunta “¿Qué le pasa al mundo?” es que los seres humanos se han convertido en demonios al quebrantar las leyes de Dios y, como resultado, están siendo castigados por la naturaleza material. Esta es la enseñanza de todas las Escrituras y la experiencia de la vida diaria.

En el Bhagavad-gītā se describe vívidamente a los hombres demoníacos que violan la ley (capítulo 16), y cómo estos hombres son castigados por las leyes de Dios.

Las civilizaciones humanas pueden avanzar en dos direcciones: una que puede elevar a cada ser humano a la divinidad y otra que puede convertirlo en una bestia, haciendo del mundo un lugar inhabitable para los humanos.

El ser humano es considerado un animal racional. Cuando se destruye la racionalidad, el ser humano se convierte en un animal común. La diferencia entre el hombre y el animal radica en que el primero puede superar sus inclinaciones más básicas. Mientras que los animales necesitan alimento, refugio, protección y satisfacción de sus sentidos, el ser humano tiene algo más: la conciencia de Dios, ausente en los animales, pero latente en todas las sociedades humanas, incluso entre los aborígenes. Esta conciencia de Dios, que se desarrolla en diversos grados según el lugar, el tiempo y las personas, se llama religión o cultura de la vida, sin la cual ninguna civilización puede perdurar.

La civilización moderna está intentando eliminar esta conciencia divina mediante el método artificial del materialismo y el ateísmo forzado. En algunos estados ateos, se ha sabido que se convocó a aldeanos a una iglesia para rezar por el pan de cada día. Cuando las oraciones terminaron y no hubo pan, los políticos les pidieron que rezaran a ellos en su lugar, y el pan apareció de inmediato. De esta forma, los aldeanos fueron víctimas de la propaganda atea, llegando a perder la fe en Dios, al creer erróneamente que el pan venía de los políticos y no de Dios.

Lo que no comprendieron es que el pan que los políticos les daban no lo producía su propio esfuerzo, sino que provenía de Dios. Ningún político puede fabricar pan sin trigo, ni producir trigo sin el sol o la lluvia, que son regalos divinos. Nadie puede vivir sin agradecer a Dios por el pan que come. Quien lo hace es, en esencia, un demonio, y para estos demonios están destinadas las estrictas leyes naturales para castigarlos. Se avecina un día en que no habrá trigo en los campos, y ningún político podrá resolver el problema de la alimentación.

La civilización atea se verá cada vez más perturbada por el avance del materialismo. El Śrīmad-Bhāgavatam predice que, a medida que las personas se alejan de Dios, más elementos perturbadores aparecerán en el mundo. Esto es lo que estamos viviendo actualmente, y es el signo de una civilización en el camino equivocado.

AC Bhaktivedanta

Por Su Divina Gracia A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupāda

Fundador y Actual Ācārya (maestro espiritual iniciador) del movimiento Hare Krishna
“Si me marcho, no hay causa de lamentación. Siempre estaré con ustedes a través de mis libros y mis ordenes. Siempre permaneceré con ustedes de esa forma.”

(Mayo 5, 1977)

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EA 19: ¿Qué le pasa a este mundo?

Bhaktin Sofia

“El Señor Supremo está situado en el corazón de todos, ¡oh, Arjuna!, y dirige el deambular de todas las entidades vivientes, que están sentadas como en una máquina hecha de energía material”. (Bg. 18.61 )

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