Al oír la palabra «guru», tenemos la tendencia a pensar en una imagen caricaturesca: un anciano de aspecto extraño, con una barba larga e hilachosa y un hábito vaporoso, que medita en verdades esotéricas distantes; o pensamos en un estafador cósmico que trata de aprovecharse de la credulidad espiritual de jóvenes buscadores. Pero, ¿qué es verdaderamente un guru? ¿Qué sabe él que nosotros no sepamos? ¿Cómo nos ilumina? Śrīla Prabhupāda nos da algunas reveladoras respuestas en una conversación que tuvo lugar en Inglaterra en 1973.
oṁ ajñāna-timirāndhasya
jñānāñjana-śalākayā
cakṣur unmīlitaṁ yena
tasmai śrī-gurave namaḥ
«Nací en la ignorancia más oscura, y mi guru, mi maestro espiritual, abrió mis ojos con la antorcha del conocimiento. Yo le ofrezco respetuosas reverencias».
La palabra ajñāna significa «ignorancia» u «oscuridad». Si todas las luces de esta habitación se apagaran al instante, no podríamos distinguir dónde nos encontramos sentados nosotros ni los demás. Todo se volvería confuso. En forma similar, en este mundo material, que es un mundo de tamas, nos encontramos todos a oscuras. Tamas o timira significa «oscuridad». Este mundo material es oscuro, y, por lo tanto, necesita de la luz del Sol o de la Luna para la iluminación. Sin embargo, hay otro mundo, un mundo espiritual, que se encuentra más allá de esta oscuridad. Ese mundo lo describe Śrī Kṛṣṇa en la Bhagavad-gītā (15.6):
na tad bhāsayate sūryo
na śaśāṅko na pāvakaḥ
yad gatvā na nivartante
tad dhāma paramaṁ mama
«Mi morada suprema no recibe su luz ni del Sol ni de la Luna, ni del fuego o la electricidad. Quienes llegan a ella nunca regresan a este mundo material».
La misión del guru consiste en llevar a sus discípulos de la oscuridad a la luz. Actualmente todo el mundo está sufriendo debido a la ignorancia, de la misma manera en que una persona se contagia de alguna enfermedad debido a la ignorancia. Si alguien no conoce los principios de higiene, no sabrá qué cosas pueden contaminarlo. Por lo tanto, debido a la ignorancia ocurre la infección, y por ello padecemos de una enfermedad. Un criminal puede que diga: «Yo no conocía las leyes», pero no se le excusará si comete un crimen. La ignorancia no es excusa. En forma similar, un niño, al no saber que el fuego quema, tocará el fuego. El fuego no piensa: «Es un niño y no sabe que quemo». No; no hay excusa. Así como hay leyes estatales, también hay estrictas leyes de la naturaleza, y esas leyes habrán de actuar a pesar de que nosotros las ignoremos. Si hacemos algo mal hecho debido a la ignorancia, hemos de sufrir. Así es la ley. Si violamos la ley, bien sea una ley estatal o una ley de la naturaleza, nos arriesgamos a sufrir.
La misión del guru consiste en procurar que ningún ser humano sufra en este mundo material. Nadie puede afirmar que no está sufriendo. No es posible. En este mundo material hay tres clases de sufrimientos: adhyātmika, adhibhautika, y adhidaivika. Son sufrimientos que surgen del cuerpo material y de la mente material, de otras entidades vivientes, y de las fuerzas de la naturaleza. Puede que suframos de angustia mental, o puede que suframos debido a otras entidades vivientes – hormigas, mosquitos o moscas – , o puede que suframos debido a algún poder superior. Puede que no haya lluvias, o que haya una inundación. Puede que haya excesivo calor o excesivo frío. La naturaleza impone muchísimos tipos de sufrimientos. Así que hay tres tipos de sufrimientos dentro del mundo material, y todo el mundo está sufriendo de uno, dos, o tres de ellos. Nadie puede decir que está completamente libre del sufrimiento.
Pudiéramos entonces preguntar por qué sufre la entidad viviente. La respuesta es: por ignorancia. Ella no piensa: «Estoy actuando mal y llevando una vida pecaminosa; por eso estoy sufriendo». En consecuencia, la primera tarea del guru consiste en rescatar a su discípulo de esa ignorancia. Nosotros enviamos a nuestros hijos al colegio para salvarlos del sufrimiento. Si nuestros hijos no reciben educación, tememos que hayan de sufrir en el futuro. El guru ve que el sufrimiento se debe a la ignorancia, la cual se asemeja a la oscuridad. ¿Cómo puede salvarse alguien que está a oscuras? Mediante la luz. El guru toma la antorcha del conocimiento, y la presenta ante la entidad viviente que está envuelta en la oscuridad. Ese conocimiento la libra de los sufrimientos ocasionados por la oscuridad de la ignorancia.
Se podría preguntar si el guru es absolutamente necesario. Los Vedas nos informan que sí lo es:
tad-vijñānārthaṁ sa gurum evābhigacchet
samit-pāṇiḥ śrotriyaṁ brahma-niṣṭham
[Muṇḍaka Upaniṣad 1.2.12]
Los Vedas nos ordenan que busquemos un guru; en verdad, dicen que busquemos al guru, no sólo a un guru. El guru es uno, pues aparece en la sucesión discipular. Lo que Vyāsadeva y Kṛṣṇa enseñaron hace cinco mil años, también se está enseñando ahora. No hay diferencias entre las dos instrucciones. Si bien cientos y miles de ācāryas han ido y venido, el mensaje es uno. El guru verdadero no puede ser múltiple, pues él no habla diferente de sus predecesores. Algunos maestros espirituales dicen: «Opino que debes hacer esto», pero el que hable así no es un guru. Esos supuestos gurus son sencillamente unos sinvergüenzas. El guru genuino tiene sólo una opinión, y ésa es la opinión expresada por Kṛṣṇa, Vyāsadeva, Nārada, Arjuna, Śrī Caitanya Mahāprabhu y los Gosvāmīs. Hace cinco mil años, el Señor Śrī Kṛṣṇa habló la Bhagavad-gītā, y Vyāsadeva la puso por escrito. Śrīla Vyāsadeva no dijo: «Ésta es mi opinión», sino que escribió: śrī bhagavān uvāca, es decir: «La Suprema Personalidad de Dios dice». Todo lo que Vyāsadeva escribió, lo habló originalmente la Suprema Personalidad de Dios. Śrīla Vyāsadeva no dio su propia opinión.
Por consiguiente, Śrīla Vyāsadeva es un guru. Él no interpreta erróneamente las palabras de Kṛṣṇa, sino que las transmite exactamente como se hablaron. Si enviamos un telegrama, la persona que lo entrega no tiene que corregirlo, redactarlo ni añadirle nada. Simplemente lo presenta. Ésa es la tarea del guru. Puede que el guru sea esta persona o aquella, pero el mensaje es el mismo; por eso se dice que guru es uno.
La ciencia de la autorrealización – Capítulo 2 – Eligiendo un maestro espiritual
Por Su Divina Gracia A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupāda
Fundador y Actual Ācārya (maestro espiritual iniciador) del movimiento Hare Krishna
“Si me marcho, no hay causa de lamentación. Siempre estaré con ustedes a través de mis libros y mis ordenes. Siempre permaneceré con ustedes de esa forma.”
(Mayo 5, 1977)
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