Durante los disturbios Hindú-Musulmanes en la India, algunos Hindúes iban a la mezquita Musulmana y rompían estatuas e imágenes de Dios, y los Musulmanes correspondían de la misma manera. De esta manera ambos pensaban, “Hemos matado al Dios Hindú. Hemos matado al Dios Musulmán, etc.” De manera similar, cuando Gandhi estaba liderando su movimiento de resistencia, muchos Indios salían a la calle y destruían los buzones de correo, pensando que de este modo estaban destruyendo el servicio postal del gobierno. Las personas con esa mentalidad no son jñānīs. Las guerras religiosas entre Hindúes y Musulmanes, Cristianos y no Cristianos se llevaron a cabo sobre la base de la ignorancia. Quien tiene conocimiento sabe que Dios es uno; No puede ser Musulmán, Hindú o Cristiano.
Es nuestra imaginación que Dios es tal y tal y tal y tal. Eso es todo imaginación. El verdadero hombre sabio sabe que Dios es trascendental. Aquel que sabe que Dios es trascendental a las modalidades materiales, verdaderamente conoce a Dios. Dios está siempre a nuestro lado, presente en nuestros corazones. Cuando dejamos el cuerpo, Dios también va con nosotros, y cuando tomamos otro cuerpo, Él va con nosotros allí sólo para ver qué estamos haciendo. ¿Cuándo volveremos nuestro rostro hacia Él? Él siempre está esperando. Tan pronto como volvemos nuestro rostro hacia Dios, Él dice, “Mi querido hijo, vamos–sa ca mama priyaḥ–tú eres eternamente querido para Mí. Ahora vuelves tu rostro hacia Mí y estoy muy contento.”
El hombre sabio, el jñānī, en realidad comprende la ciencia de Dios. Aquel que sólo entiende que “Dios es bueno” está en una etapa preliminar, pero aquel que realmente entiende cuán grande y bueno es Dios, ha progresado aun más. Ese conocimiento se puede obtener en el Śrīmad-Bhāgavatam y el Bhagavad-gītā. Aquel que esté realmente interesado en Dios debe estudiar la ciencia de Dios, el Bhagavad-gītā.
idaṁ tu te guhyatamaṁ
pravakṣyāmy anasūyave
jñānaṁ vijñāna-sahitaṁ
yaj jñātvā mokṣyase ’śubhāt
“Mi querido Arjuna, porque nunca eres envidioso de Mí, te impartiré esta más secreta sabiduría, la cual sabiendo serás aliviado de las miserias de la existencia material.” (Bg. 9.1)
El conocimiento de Dios impartido en el Bhagavad-gītā es muy sutil y confidencial. Está lleno de jñāna, sabiduría metafísica, y vijñāna, conocimiento científico. Y también está lleno de misterio. ¿Cómo uno puede entender este conocimiento? Debe ser impartido por Dios Mismo o por un representante fidedigno de Dios. Por lo tanto, Śrī Kṛṣṇa dice que siempre que hay una discrepancia en la comprensión de la ciencia de Dios, Él se encarna.
El conocimiento tampoco proviene del sentimiento. La devoción no es sentimiento. Es una ciencia. Śrīla Rūpa Gosvāmī dice, “Un espectáculo de espiritualidad sin referencia al conocimiento Védico es simplemente una perturbación para la sociedad.” Uno debe probar el néctar de la devoción mediante la razón, el argumento y el conocimiento, y luego debe transmitirlo a los demás. Uno no debe pensar que la conciencia de Kṛṣṇa es mero sentimentalismo. El baile y el canto son todos científicos. Hay ciencia y también hay reciprocidad amorosa. Kṛṣṇa es muy querido para el hombre sabio, y el hombre sabio es muy querido para Kṛṣṇa. Kṛṣṇa nos devolverá nuestro amor mil veces más. ¿Qué capacidad tenemos nosotros, criaturas finitas, para amar a Kṛṣṇa? Pero Kṛṣṇa tiene una inmensa capacidad–una capacidad ilimitada–para amar.
En el Camino a Kṛṣṇa – Capítulo 4
Por Su Divina Gracia A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupāda
Fundador y Actual Ācārya (maestro espiritual iniciador) del movimiento Hare Krishna
“Si me marcho, no hay causa de lamentación. Siempre estaré con ustedes a través de mis libros y mis ordenes. Siempre permaneceré con ustedes de esa forma.”
(Mayo 5, 1977)
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