Siva y Visnu

“Las dos clases de devotos, los devotos del Señor Śiva y los devotos del Señor Viṣṇu”

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Como gran devoto de Kṛṣṇa que era, el rey Parīkṣit se encontraba ya liberado, pero, para efectos de aclaración, le estaba formulando diversas preguntas a Śukadeva Gosvāmī. En el capítulo anterior, la pregunta del rey Parīkṣit fue: «¿Cuál es la meta última de los Vedas?». Y Śukadeva Gosvāmī explicó el asunto dando descripciones autoritativas provenientes de la sucesión discipular, que comienza con Sanandana, y desciende hasta Nārāyaṇa Ṛṣi; Nārada, Vyāsadeva y, finalmente, él mismo. La conclusión fue que el servicio devocional, o bhakti, es la meta última de los Vedas. Un devoto neófito puede que pregunte: «Si la meta última de la vida, o la conclusión de los Vedas, es que uno se eleve a la plataforma de servicio devocional, entonces, ¿por qué se observa que un devoto del Señor Viṣṇu por lo general no es muy próspero en sentido material, mientras que un devoto del Señor Śiva resulta ser muy opulento?». Con objeto de aclarar este asunto, Parīkṣit Mahārāja le preguntó a Śukadeva Gosvāmī: «Mi querido Śukadeva Gosvāmī, por lo general se observa que aquellos que se dedican a la adoración del Señor Śiva, bien sea que se encuentra en la sociedad humana, en la demoníaca o en la de los semidioses, se vuelven muy opulentos en sentido material, si bien el mismo Señor Śiva vive como una persona muy pobre. Por otra parte, los devotos del Señor Viṣṇu, quien es el controlador de la diosa de la fortuna, no parecen ser muy prósperos, y algunas veces incluso se observa que viven sin ninguna opulencia material en absoluto. El Señor Śiva vive bajo un árbol o en la nieve de las montañas Himalayas. Él ni siquiera construye una casa para sí mismo, pero aun así los adoradores del Señor Śiva son muy ricos. Kṛṣṇa, o el Señor Viṣṇu, no obstante, vive muy opulentamente, bien sea en Vaikuṇṭha o en este mundo material, pero Sus devotos parecen ser muy pobres. ¿Por qué ocurre esto?».

La pregunta de Mahārāja Parīkṣit es muy inteligente. Las dos clases de devotos, es decir los devotos del Señor Śiva y los devotos del Señor Viṣṇu, siempre se encuentran en desacuerdo. Incluso hoy día en la India, estas dos clases de devotos aún se critican unos a otros, y, especialmente en el Sur de la India, los seguidores de Rāmānujācārya y los seguidores de Śaṇkarācārya algunas veces tienen reuniones para discutir la conclusión védica. Por lo general, los seguidores de Rāmānujācārya siempre logran la victoria en esos encuentros. Así que Parīkṣit Mahārāja quería aclarar la situación, haciéndole esa pregunta a Śukadeva Gosvāmī. Que el Señor Śiva viva como un hombre pobre, si bien sus devotos parecen ser muy opulentos, mientras que el Señor Kṛṣṇa o el Señor Viṣṇu es siempre opulento, y aun así Sus devotos parecen ser muy pobres, es una situación que a una persona sensata le parece contradictoria y enigmática.

En respuesta a las preguntas del rey Parīkṣit, Śukadeva Gosvāmī dijo que el Señor Śiva es el amo de la energía material. La energía material está representada por la diosa Durgā, y como el Señor Śiva resulta ser su esposo, ella se encuentra por completo bajo el dominio de él. Por consiguiente, el Señor Śiva es reconocido como el amo de esta energía material. La energía material se manifiesta en tres cualidades —a saber: bondad, pasión e ignorancia—, y, por lo tanto, el Señor Śiva es el amo de esas tres cualidades. Si bien el Señor Śiva se encuentra asociado con esas cualidades para beneficio del alma condicionada, él es quien las dirige, y no es afectado por ellas. Aunque el alma condicionada es afectada por las tres cualidades, no ocurre así con el Señor Śiva, debido a que él es el amo de ellas.

De las afirmaciones de Śukadeva Gosvāmī, podemos concluir que los efectos de adorar a diferentes semidioses no son iguales que los efectos de adorar al Señor Viṣṇu, como suponen algunas personas poco inteligentes. Él claramente afirma que por adorar al Señor Śiva uno consigue un tipo de recompensa, mientras que por adorar al Señor Viṣṇu uno consigue una recompensa diferente. Eso también está confirmado en el Bhagavad-gītā: aquellos que adoran a los diferentes semidioses, logran los resultados deseados que los semidioses respectivos pueden dar como recompensa. De forma similar, aquellos que adoran la energía material, reciben la recompensa que corresponde a esas actividades, y aquellos que adoran a los pītas reciben resultados de forma similar. Pero aquellos que se dedican al servicio devocional o que adoran al Señor Supremo, Viṣṇu o Kṛṣṇa, van a los planetas Vaikuṇṭha o a Kṛṣṇaloka. Uno no puede acercarse a la región trascendental o paravyoma, el cielo espiritual, por adorar al Señor Śiva o a Brahmā o a algún otro semidiós.

Como este mundo material es un producto de las tres cualidades de la naturaleza material, todas las variedades de manifestaciones provienen de esas tres cualidades. Con el auxilio de la ciencia materialista, la civilización moderna ha creado muchas máquinas y comodidades de vida, y, aun así, todas ellas no son más que diversas variedades de las interacciones de las tres cualidades materiales. Si bien los devotos del Señor Śiva son capaces de obtener muchos bienes materiales, hemos de saber que simplemente reúnen productos creados por las tres cualidades. Las tres cualidades se subdividen a su vez en dieciséis, a saber: los diez sentidos (los cinco sentidos de trabajo y los cinco sentidos de adquisición de conocimiento), la mente, y los cinco elementos (tierra, agua, aire, fuego y cielo). Los dieciséis son extensiones de las tres cualidades. La felicidad y la opulencia materiales significan complacencia de los sentidos, específicamente del órgano genital, la lengua y la mente. Mediante el esfuerzo de nuestras mentes creamos muchas cosas agradables, tan solo para disfrute del órgano genital y de la lengua. La opulencia de una persona que se encuentra dentro de este mundo material, se mide en términos de su utilización del órgano genital y de la lengua, o en otras palabras, según cuánto es capaz de utilizar sus capacidades sexuales, y cuánto es capaz de satisfacer su exigente sentido del gusto comiendo platos apetitosos. El avance material de la civilización requiere de la creación, mediante la invención mental, de objetos de disfrute, tan solo para uno volverse feliz en base a esos dos principios: placeres para el órgano genital y placeres para la lengua. Aquí se encierra la respuesta a la pregunta que le hiciera el rey Parīkṣit a Śukadeva Gosvāmī, en lo referente a por qué los adoradores del Señor Śiva son tan opulentos.

Los devotos del Señor Śiva son solo opulentos en términos de las cualidades materiales. De hecho, ese supuesto avance de la civilización es la causa del enredo de uno en la existencia material. En realidad no es avance sino degradación. Se concluye que, debido a que el Señor Śiva es el amo de las tres cualidades, sus devotos reciben cosas creadas por la interacción de esas cualidades para la satisfacción de los sentidos. En el Bhagavad-gītā, no obstante, recibimos instrucción del Señor Kṛṣṇa de que uno tiene que trascender la existencia cualitativa. Nistraiguṇyo bhavārjuna: la misión de la vida humana es volverse trascendental a las tres cualidades. A menos que uno sea nistraiguṇya, no puede liberarse del enredo material. En otras palabras, los dones que se reciben del Señor Śiva no son de hecho beneficiosos para las almas condicionadas, si bien aparentemente dichas facilidades parecen ser opulentas.

Śukadeva Gosvāmī continuó: «La Suprema Personalidad de Dios, Hari, es trascendental a las tres cualidades de la naturaleza material». Se afirma en el Bhagavad-gītā que todo aquel que se rinda a Él, supera el control de las tres cualidades de la naturaleza material. Por lo tanto, puesto que los devotos de Hari son trascendentales al control de las tres cualidades materiales, ciertamente que Él Mismo es trascendental. Se declara, por lo tanto, en el Śrīmad-Bhāgavatam que Hari, o Kṛṣṇa, es la Personalidad Suprema y Original. Existen dos clases de prakṛtis o potencias, a saber, la potencia interna y la potencia externa, y Kṛṣṇa es el Señor Absoluto de esas dos prakṛtis o potencias. Él es sarva-dṛk, o el dirigente de todas las acciones de las potencias interna y externa, y una de las descripciones de Él dice que es también upadraṣṭā, el supremo consejero. Debido a que Él es el supremo consejero, se encuentra por encima de todos los semidioses, quienes meramente siguen las direcciones del supremo consejero. Por ello, si uno sigue directamente las instrucciones del Señor Supremo, tal como lo inculcan el Bhagavad-gītā y el Śrīmad-Bhāgavatam, entonces gradualmente uno se vuelve nirguṇa, es decir, se sitúa por encima de la interacción de las cualidades materiales. Ser nirguṇa significa estar desprovisto de opulencias materiales, debido a que, como hemos explicado, la opulencia material significa un aumento de las acciones y reacciones de las tres cualidades materiales. Por adorar a la Suprema Personalidad de Dios, en vez de uno engreírse con opulencias materiales, se enriquece con el avance espiritual del conocimiento que se adquiere en conciencia de Kṛṣṇa. Volverse nirguṇa significa alcanzar la paz, la inmunidad al temor, la religiosidad, el conocimiento y la renunciación eternos. Todos estos son síntomas de haberse liberado de la contaminación de las cualidades materiales.

Śukadeva Gosvāmī, al responder a la pregunta de Parīkṣit Mahārāja, continuó y citó un incidente histórico relacionado con el rey Yudhiṣṭhira, el abuelo de Parīkṣit Mahārāja. Él dijo que el rey Yudhiṣṭhira, después de haber concluido el sacrificio Aśvamedha en la gran arena de sacrificio, y en presencia de grandes autoridades, preguntó acerca de este mismo punto: ¿Por qué los devotos del Señor Śiva se vuelven opulentos materialmente, mientras que los devotos del Señor Viṣṇu no? Śukadeva Gosvāmī específicamente se refirió al rey Yudhiṣṭhira como «tu abuelo», de manera que Mahārāja Parīkṣit se sintiera alentado al pensar que él estaba relacionado con Kṛṣṇa y que sus abuelos estaban íntimamente relacionados con la Suprema Personalidad de Dios.

Si bien Kṛṣṇa se encuentra siempre muy satisfecho por naturaleza, cuando esta pregunta fue formulada por Mahārāja Yudhiṣṭhira, Él se sintió aún más satisfecho, debido a que esas preguntas y sus respuestas tendrían un gran significado para toda la sociedad consciente de Kṛṣṇa. Siempre que el Señor Kṛṣṇa le habla de algo a un devoto específico, ello está destinado no solo a ese devoto, sino a toda la sociedad humana. Las instrucciones de la Suprema Personalidad de Dios son importantes incluso para los semidioses encabezados por el Señor Brahmā, el Señor Śiva y otros, y todo aquel que no aprovecha las instrucciones de la Suprema Personalidad de Dios, quien desciende a este mundo material para beneficio de todas las entidades vivientes, es ciertamente muy desafortunado.

El Señor Kṛṣṇa respondió a la pregunta de Mahārāja Yudhiṣṭhira de la siguiente manera: «Si yo favorezco en especial a un devoto y especialmente deseo cuidar de él, lo primero que hago es quitarle sus riquezas». Cuando el devoto se vuelve un hombre paupérrimo y se queda en la miseria o es puesto en una posición comparativamente muy pobre, sus parientes y familiares no se interesan más en él, y en la mayoría de los casos abandonan su relación con él. El devoto entonces se vuelve doblemente infeliz. Primero que todo, se vuelve infeliz debido a que sus riquezas le han sido quitadas por Kṛṣṇa, y se le hace aun más infeliz cuando sus familiares lo abandonan por su posición de mucha pobreza. Hemos de notar, no obstante, que cuando un devoto cae en una condición así de infeliz, no se debe a actividades impías pasadas, conocidas como karma-phala; la posición de extrema pobreza del devoto, es creada por la Personalidad de Dios. De forma similar, cuando un devoto se vuelve opulento materialmente, eso tampoco se debe a sus actividades piadosas. En ambos casos, bien sea que el devoto se vuelva más pobre o más rico, el ajuste es hecho por la Suprema Personalidad de Dios. Ese ajuste es hecho especialmente por Kṛṣṇa para Su devoto, solo para que este se vuelva completamente dependiente de Él, y para liberarlo de todas las obligaciones materiales. Él puede entonces concentrar sus energías, mente y cuerpo —todo— en el servicio del Señor, y eso constituye servicio devocional puro. En Nārada-pañcarātra se explica, por lo tanto, sarvopādhi-vinirmuktam, lo cual significa: «encontrándose liberado de toda designación». Las labores realizadas en pro de la familia, la sociedad, la comunidad, la nación o la humanidad, se encuentran todas con designaciones: «Yo pertenezco a esta sociedad», «yo pertenezco a esta comunidad», «yo pertenezco a esta nación», «yo pertenezco a esta especie de vida». Todas esas identidades son meras designaciones. Cuando, por la gracia del Señor, un devoto se libera de toda designación, su servicio devocional es de hecho naiṣkarma. Los jñānīs son muy atraídos por la posición de naiṣkarma, en la que las acciones de uno ya no tienen efectos materiales. Cuando las acciones de un devoto se liberan de todo efecto, ya no se encuentran más en la categoría de karma-phala, o actividades fruitivas. Como fue explicado anteriormente por los Vedas personificados, la infelicidad y el infortunio de un devoto, los produce la Personalidad de Dios para el devoto y a este, por lo tanto, no le importa si se encuentra feliz o infortunado. Él continúa con su deber de ejecutar servicio devocional. Si bien su comportamiento parece estar sujeto a la acción y reacción de las actividades fruitivas, él se encuentra de hecho liberado de los resultados de la acción.

Pudiera preguntarse por qué un devoto es puesto por la Personalidad de Dios en tales tribulaciones. La respuesta es que, esa clase de situación dispuesta por el Señor, es como la del padre que algunas veces es severo con sus hijos. Debido a que el devoto es un alma rendida, y el Señor Supremo está a cargo de él, siempre que el Señor lo pone en cualquier condición de vida —bien sea en una situación de infortunio o de felicidad— se entiende que tras esa situación existe un gran plan, ingeniado por la Personalidad de Dios. Por ejemplo, el Señor Kṛṣṇa puso a los Pāṇḍavas en una situación de infortunio tan intensa, que ni siquiera el abuelo Bhīṣma podía entender cómo una situación de infortunio así podía existir. Él se lamentaba de que si bien toda la familia Pāṇḍava estaba encabezada por el rey Yudhiṣṭhira, el muy piadoso rey, y protegida por los dos grandes guerreros Bhīma y Arjuna, y si bien, por encima de todo, los Pāṇḍavas eran todos amigos y familiares íntimos del Señor Kṛṣṇa, aún así tenían que sufrir esas tribulaciones. Posteriormente, no obstante, quedó demostrado que eso fue planeado por la Suprema Personalidad de Dios, Kṛṣṇa, como parte de Su gran misión de aniquilar a los herejes y proteger a los devotos.

Krsna, La Suprema Personalidad de Dios – Capítulo 88. La salvación del Señor Śiva

Por Su Divina Gracia A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupāda

Fundador y Actual Ācārya (maestro espiritual iniciador) del movimiento Hare Krishna
“Si me marcho, no hay causa de lamentación. Siempre estaré con ustedes a través de mis libros y mis ordenes. Siempre permaneceré con ustedes de esa forma.”

(Mayo 5, 1977)

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Bhaktin Tania

Aquel que Me ve en todas partes y que ve todo en Mí, Yo nunca lo pierdo a él, y él nunca me pierde a Mí.
BHAGAVAD - GITA. 6.30

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